Carlos Edo. Pinzón Nieto, Médico Especialista en Salud Ocupacional Universidad El Rosario, Médico ESO Salud Ocupacional los Andes IPS Villavicencio.
Resumen
En este artículo se hace una pequeña reseña histórica de los trabajos en alturas, compilando apartes de varias publicaciones referentes al tema.
Método
Recopilación de Bibliografía general referente a historia de trabajo en alturas disponible en sitios web de documentos compartidos, revistas indexadas, enciclopedia libre.
Conclusión
El trabajo en alturas data de muchos siglos antes de cristo y durante mucho tiempo significó gran pérdida de vidas humanas durante su práctica. Gracias a la creatividad de los primeros escaladores y la necesidad de mejoría de las técnicas de escalado se crearon los primeros implementos que forman hoy en día el equipo de trabajo seguro en alturas.
ORIGENES, ANTECEDENTES E HISTORIA DEL TRABAJO EN ALTURAS
El trabajo en alturas, también conocido como trabajo vertical, se refiere principalmente a labores que involucran el uso de cuerdas, cables y otros dispositivos que permiten que una persona se suspenda en el aire para llevar a cabo tareas específicas1.
El trabajo en alturas tiene una larga historia que se remonta a tiempos antiguos. Un ejemplo notorio es la construcción de la Gran Pirámide de Keops, que data de hace más de cuatro mil quinientos años, aproximadamente entre los años 2550 y 2527 a.C. Según las investigaciones y trabajos de restauración más recientes realizados en 2021, se ha confirmado que en su construcción se emplearon sistemas de andamiaje y rampas en zigzag tanto en el interior como en el exterior de la pirámide. Estos sistemas permitieron que los trabajadores realizaran tareas en suspensión, lo que posibilitó la alternancia de materiales de construcción sin poner en riesgo la estabilidad de la estructura2.
Encontramos también en el tratado: Plinio el Viejo – Historia Naturalis (libro 33 item 75) relatos de los trabajos de tendido de canalizaciones aéreas, que describe la forma como los trabajadores trazaban con herramientas de manera manual y posteriormente seguían los cauces de algunas vertientes de agua verticales de las montañas las cuales contenían oro; ayudados por sistemas de suspensión con cuerdas.
El tratado fue redactado por Cayo Plinio Segundo, quien vivió entre el 26 d.C. y el 79 d.C. Fue un destacado escritor y militar romano del siglo I, más conocido como Plinio el Viejo. Su obra abarcó estudios e investigaciones en diversos campos, incluyendo fenómenos naturales, aspectos etnográficos y geográficos. Estos conocimientos fueron compilados en su influyente obra titulada «Historia Natural», la cual se mantuvo como un modelo enciclopédico de referencia en diversas disciplinas hasta mediados del siglo XVII.3
Los primeros constructores en muchos casos eran escaladores y se caracterizaban por no temer a las actividades en alturas. A partir del siglo XX Francia se convierte en el primer país que implementa normas de seguridad para el trabajo en alturas.
En Francia a partir de la década de 1900, los únicos autorizados para hacer trabajo en alturas eran aquellas personas expertas en alpinismo o espeleología (Ciencia que estudia el origen y la formación de las cavernas y las cavidades subterráneas naturales, así como su flora y su fauna) que fabricaban sus propios equipos de protección.
Uno de los pioneros del trabajo seguro en alturas fue el francés Fernand Petzl (1913-2003). Gran aficionado a la espeleología creó equipos de protección para el descenso seguro a cuevas que finalmente se adaptaron al trabajo en alturas, su comercialización se inició en 1968.
Los primeros dispositivos de protección han experimentado un proceso de evolución hasta llegar a los arneses y eslingas que utilizamos en la actualidad. Estos modernos equipos ofrecen niveles de seguridad, comodidad y resistencia cada vez mayores para los trabajadores que realizan labores en alturas4.
Ya a partir de 1980, las normativas de seguridad de estos trabajos se transformaban a las normas que conocemos hoy en día; al mismo tiempo que varios productos como los arneses y las eslingas fueron evolucionando dando más comodidad o más resistencia, creando así un nuevo desarrollo a la reglamentación hacía el trabajo seguro desde las alturas.
Obras gigantes en la antigüedad
El constructor debía contar con alguien que fuera capaz de llegar y realizar labores de construcción en la parte más alta de las obras como por ejemplo el Coloso de Rodas (construido entre el año 292 y el 280 a.C.) en la antigua Grecia. No existían las grúas, por lo cuál esa persona debía ser un experto escalador. Si bien es cierto que se usaban escaleras, andamios y estructuras desde hace siglos, no todos los trabajadores gustaban de subir a estas estructuras y trabajar en alturas, máxime al ser testigos de los numerosos accidentes con pérdida de vidas o consecuencias muy graves para la persona accidentada.
Revisando más recientemente en la historia, en el siglo XIX y principios del XX, también se realizaron trabajos verticales engrandes obras. En construcciones como la torre Eiffel de París, el puente de Brooklyn en Nueva York, las caras de los presidentes de EE.UU. el Monte Rushmore en Dakota del Sur, o rascacielos como el Singer Building. Este fue terminado en 1908 -en su momento el edificio más alto del mundo, con sus 187 metros de altura- y un grupo de trabajadores tuvieron que usar todas sus habilidades para trabajo en alturas para finalizar las obras. En aquella época la seguridad en el trabajo no estaba debidamente estructurada y reglamentada lo que derivaba frecuentemente en pérdida de vidas humanas.
Pero tal vez la más notoria y difundida habilidad para trabajo en alturas, posiblemente debido a la posibilidad de tener registro fotográfico y difusión por medios de comunicación modernos es la de la famosa tribu «Mohawk». El proceso de industrialización de EU sumado a su expansión demográfica y crecimiento económico, trajo como consecuencia la ejecución de grandes obras civiles. Estos hombres inicialmente enfrentaron el trabajo en alturas para construir puentes que permitieran la circulación de ferrocarriles en Canadá y Estados Unidos a finales del siglo XIX, los «mohawks» se convirtieron en expertos en trabajar en las construcciones más complejas. Su presencia fue fundamental en proyectos emblemáticos como las Torres Gemelas o el Rockefeller Center, que alcanza una altura de 259 metros.
La icónica imagen de los indios Mohawk durante la construcción del Rockefeller Center es legendaria. Estos intrépidos trabajadores de las alturas carecían de temor al vértigo, saltaban de viga en viga sin vacilación (a 259 mt. de altura) y se comunicaban entre edificios mediante señales de humo5.
Primeros expertos
En sus inicios, los primeros profesionales en trabajos en altura provenían de disciplinas como la escalada, la espeleología y el alpinismo, ya que eran los únicos que tenían experiencia en el uso de técnicas con cuerdas. En ese momento, se produjo un cambio significativo y positivo. Estos expertos en escalada deportiva y espeleología no solo dominaban las técnicas con cuerdas, sino que también se dedicaban a diseñar y fabricar sus propios dispositivos y accesorios para mejorar la seguridad y la experiencia en su pasatiempo.
Uno de los destacados pioneros en este campo fue el francés Fernand Petzl (1913-2003), quien, siendo artesano de oficio y apasionado por la espeleología, comenzó a diseñar y fabricar dispositivos que mejoraran su experiencia en las cuevas. Con el tiempo, se descubrió que estos inventos resultaban de gran utilidad y beneficio para las actividades en alturas . En 1968, junto con sus dos hijos, comenzó a producirlos en masa. Uno de estos inventos fue nada menos que el primer bloqueador y descensor, y en 1977, desarrolló el primer arnés.
Estos dos ingeniosos inventos, junto con la invención de la cuerda de nailon por parte de su amigo Pierre Chevalier en 1943, revolucionaron no solo la espeleología, sino también la escalada y el trabajo en alturas.
Profesionalización de los trabajos verticales
Los directores de obras entendían que, para llevar a cabo sus proyectos de manera exitosa, era esencial contar con personal debidamente capacitado para prevenir caídas y accidentes, ya que lamentablemente eran incidentes comunes al trabajar en alturas o en lugares de difícil acceso. Antes de la especialización en trabajos verticales, se solían emplear andamiajes y estructuras voluminosas y costosas. Sin embargo, gracias a la aparición de estos nuevos profesionales, se lograba alcanzar las alturas de manera más eficiente y a un costo significativamente menor, además de reducir la incidencia de accidentes.
No solo se requería este personal especializado en proyectos de construcción, sino también para llevar a cabo el mantenimiento periódico de edificios, puentes, esculturas, entre otros.
Era evidente que el sector debía profesionalizarse y a partir de 1980, se desarrollaron las técnicas que establecieron los cimientos de los trabajos en alturas tal como los conocemos en la actualidad. Esto resultó en una notable reducción de la accidentalidad, el tiempo necesario para limpiar y mantener edificios, y, además, permitió acceder a lugares a los que anteriormente era imposible llegar6.
En Salud Ocupacional de los Andes contamos con diferentes cursos en alturas, si estas interesado puedes comunicarte con nosotros por los siguiente medios:
Teléfono: 350 4549 8033 / 305 2037804
Correos: coordinacionalturas@soandes.co / alturas@soandes.co